Por
Mirtha E. Guerra Moré
¿Qué
nombre adoptan las series, videojuegos, shows televisivos y películas
diseñados para consumir en Internet? ¿Qué consecuencias negativas puede
ocasionar la avalancha de términos en torno a un mismo producto? ¿Podría un
realizador conservar la identidad de su obra en la web ? Estas fueron
algunas interrogantes debatidas en la conferencia TV Digital , en el
marco del Festival de Cine de La Habana.
Servicios
de comunicación, productos digitales o bienes virtuales, ésta última defendida
por
Estados Unidos y Europa, conforman la amplia lista de clasificaciones para
nombrar los contenidos en la red.
Para la
editora peruana de cine y televisión Rosa Sophía Rodríguez, la utilización
ingenua de estos términos puede poner en riesgo la creación audiovisual de
cualquier artista, pues crea cierto ambiente de inestabilidad a la hora de
trazar normas legales de protección.
Mientras
que en el mundo material las leyes tienen la capacidad de alcanzar los cambios,
en el tránsito hacia la era intangible, las legislaciones quedan retrasadas
ante el constante desarrollo de las tecnologías. Por tanto, los hechos sacan
una gran ventaja a la reflexión, aseguró Rodríguez.
No
obstante, las posibilidades de la web 2.0 para unir diferentes soportes
como televisión, radio, prensa escrita y cine constituyen una experiencia en
distintos países latinoamericanos. Por ejemplo, actualmente, en Argentina
existe un decreto que exige a los cineastas crear contenidos para los canales
televisivos, Internet e incluso, para los videojuegos.
Por otra
parte, según Aurelia Garrido, vicepresidenta de la Universidad Veritas de Costa
Rica, los estudiantes de esta institución adquieren cada vez más conciencia
acerca de la importancia de la convergencia digital en el siglo XXI.
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